Cuidados para la batería del coche en invierno
El frío puede tener efectos indeseados en
nuestros vehículos. Uno de los elementos del motor que más puede resentirse con
la llegada del invierno es la batería, que es el acumulador que proporciona la
energía eléctrica para el motor de arranque.
El arranque de un motor de combustión requiere,
en un breve espacio de tiempo, corrientes muy elevadas de entre cientos y miles
de amperios. La batería ha de cumplir este requisito también en invierno a
bajas temperaturas. Además el voltaje eléctrico no puede reducirse
considerablemente durante el proceso de arranque. Por eso las baterías disponen
de una resistencia interior pequeña.
Con todo, los conductores deben estar preparados
ante todos los posibles inconvenientes que se suelen presentar en esta época
del año, ya que la avería más recurrente en los coches es el fallo de la
batería. De hecho, según el Comisariado Europeo del Automóvil (CEA), un 23% de
las averías de invierno vienen por fallos en las baterías. Pero lo peor puede
que no sea esto, ya que hay muchos conductores que, debido a la crisis, evitan
pasar por el taller con el fin de ahorrarse los costes de revisión, por lo que
el riesgo de avería puede ser mayor.
El duro invierno
La batería de arranque disminuye su capacidad
con la disminución de la temperatura. Hay diferentes sistemas disponibles en el
mercado para evitar una temperatura demasiado baja así como para elevar la
temperatura. Al llegar el invierno se debería comprobar si la capacidad de la batería
es suficiente para el arranque a temperaturas bajo cero grados. Las baterías
terminan su ciclo normalmente en invierno, ya que la pérdida de capacidad es
mayor a bajas temperaturas y a menudo no pueden proporcionar un arranque
prolongado a temperaturas reducidas. A -20 grados centígrados solo esta
disponible la mitad de la capacidad normal. Al mismo tiempo, la baja
temperatura del aceite del motor hace el proceso de arranque más difícil. Por
eso en lugares con inviernos muy duros se desmonta la batería durante la noche
para depositarla en un cuarto caliente.
Y es que, según datos proporcionados por socios
de la CEA, durante el invierno de 2011-2012 se realizaron 211.655 asistencias a
conductores, de las cuales un 78,5% fueron causadas por averías en sus
vehículos. Esto es debido a que las bajas temperaturas, ligadas a un mal
mantenimiento por no acudir al taller regularmente, imposibilitan el arranque
de la misma. Además, si este elemento del motor cuenta con más de tres años de
antigüedad, a pesar de no haber ocasionado ningún problema durante el verano,
corre el riesgo de quedar inhabilitado.
Consejos para su buen mantenimiento
Lo ideal es comprobar la carga de la batería
antes del invierno y cambiarla, si fuera necesario. Las principales averías que
aparecen durante estas fechas son fáciles de prevenir con revisiones periódicas
en el taller y tomando pequeñas precauciones. El invierno estropea los coches,
sobre todo la batería, pero para no tener que cambiarla antes de tiempo, es
necesario no dejar luces encendidas y que el coche 'duerma' resguardado de la
humedad.
Asimismo, es recomendable llevar un juego de
pinzas por si acaso el coche falla en el peor momento. Saber cómo poner las
pinzas en la batería para arrancar el coche es clave, ya que así se evitarán
problemas. Los mecánicos de su taller de confianza pueden ayudarle y
explicarle, paso a paso, cómo realizar la operación de forma sencilla y eficaz.
Además, conviene realizar un mantenimiento
sencillo para que la batería cumpla su periodo regular de vida de cuatro o
cinco años. Esto incluye tener en cuenta el estado del alternador, ya que si
éste no genera suficiente energía, no recargará correctamente la batería.
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